Miami, FL, jueves 4 de julio de 2024.
Algunas reacciones pueden ser potencialmente mortales. Conozca las recomendaciones de expertos.
Entre el 20 y el 25 % de la población mundial sufre de algún tipo de alergia, es por esta razón que hoy, en conmemoración de la Semana de la Alergia, expertos buscan que las personas tomen conciencia sobre estas afecciones y el impacto que pueden tener en la vida cotidiana.
El aumento vertiginoso de enfermedades alérgicas en las últimas décadas, ha afectado la calidad de vida de millones de personas, incluso muchas de ellas no han sido correctamente diagnosticadas y, por lo tanto, no reciben el tratamiento adecuado.
Algunas reacciones pueden ser potencialmente mortales, lo que subraya la necesidad de una mayor concientización al respecto y de la creación de ambientes más seguros para los pacientes que padecen de estas afecciones. Un ejemplo clave es la correcta información sobre los alérgenos alimentarios en restaurantes y etiquetas.
Existen diversos tipos de alergias, como las respiratorias (como la rinitis y el asma), alimentarias, medicamentosas, de contacto y ocupacionales, entre otras. El manejo de éstas varía según la severidad y el tipo, e incluye el uso de medicamentos para controlar los síntomas y, en casos específicos, la inmunoterapia o «vacunas para la alergia».
Los tipos de alergias más comunes incluyen las provocadas por aeroalérgenos (polen, ácaros del polvo, epitelios de animales), reacciones alimentarias (como la leche, huevo, pescados, mariscos, frutos secos, entre otros) y reacciones a medicamentos (especialmente antiinflamatorios y ciertos antibióticos).
Los síntomas varían según el tipo de afección, pero los más comunes incluyen picazón en la nariz o los ojos, estornudos, lagrimeo, dificultad para respirar, tos, diarrea, vómito, brotes en la piel, hinchazón y, en casos graves, hipotensión y alteración del estado de conciencia.
El diagnóstico preciso, basado en la historia clínica, exámenes físicos y pruebas especializadas, es clave para enfrentar este desafío.
En los últimos años, se han desarrollado avances médicos innovadores, desde terapias biológicas hasta investigaciones sobre nuevas formas de inmunoterapia y aunque no existe una cura completa para éstas, es posible lograr un buen control de la enfermedad y una mejoría significativa en la calidad de vida de los pacientes.
“Es fundamental que identifiquemos los alergenos específicos, y así acudir con un alergólogo. Las recomendaciones generalmente incluyen, evitar los desencadenantes, informar a familiares y educadores sobre la reacción, revisar etiquetas de alimentos y, en algunos casos, portar alertas médicas. Lograr identificar y evitar la sustancia desencadenante es clave, así como seguir el tratamiento prescrito y asistir a citas de seguimiento” comenta Rosa Farfán, alergóloga clínica de Helpharma, compañía perteneciente al Grupo Zentria.
¿Por qué se producen las alergias?
Las alergias son reacciones adversas del sistema inmunológico frente a sustancias inofensivas para la mayoría de las personas. Este fenómeno ocurre cuando el sistema inmune identifica erróneamente un alérgeno, como polen, ácaros del polvo, ciertos alimentos o productos químicos, como una amenaza para el cuerpo.
El alergólogo, Miguel Herrerías, explica en TopDoctors que la gravedad de las alergias varía en función de la persona. «Puede ir desde un estadio leve, como una irritación menor, hasta un estadio severo, como es el caso de una anafilaxia, que supone una situación de emergencia potencialmente mortal», dice.
Lo cierto es que en respuesta a dicha amenaza para el cuerpo, el sistema inmunológico libera sustancias químicas como la histamina para combatir el alérgeno percibido. Esta respuesta provoca una serie de síntomas molestos que pueden incluir estornudos, picazón, congestión nasal, erupciones cutáneas o dificultad para respirar, dependiendo del tipo de alergia y la vía de exposición.
La causa exacta por la cual algunas personas desarrollan alergias mientras que otras no, no se comprende completamente, pero se cree que existe una predisposición genética. Los individuos con antecedentes familiares de alergias tienen mayor probabilidad de desarrollarlas. Además de los factores genéticos, el ambiente juega un papel crucial.
«La alergia es causada por una predisposición genética que hace que los glóbulos blancos perciban como dañinas algunas sustancias que en realidad son inofensivas, produciendo así muchos anticuerpos que, a su vez, liberan las sustancias que causan la reacción alérgica», aclara Herrerías.
Asimismo, la exposición repetida a ciertos alérgenos puede desencadenar la sensibilización del sistema inmunológico, haciendo que reaccione de manera exagerada en encuentros posteriores con el mismo alérgeno.
Las alergias pueden manifestarse en diversas formas y grados de gravedad. Mientras que algunas son molestas pero manejables, otras pueden ser potencialmente graves, como en el caso de las reacciones alérgicas severas conocidas como anafilaxia.
Aunque no existe una cura definitiva para las alergias, los tratamientos actuales se centran en controlar los síntomas y evitar la exposición a los alérgenos conocidos.
Los antihistamínicos, los aerosoles nasales y las inyecciones de inmunoterapia son algunas de las opciones utilizadas para ayudar a las personas a gestionar sus alergias y mejorar su calidad de vida.
Recomendaciones para prevenir las alergias
- Para las alergias alimentarias, es crucial informar en los restaurantes y revisar los ingredientes.
- Es vital identificar la sustancia desencadenante y evitarla.
- Es importante cumplir con el tratamiento prescrito y acudir a citas de seguimiento.
- Las afecciones pueden afectar significativamente la calidad de vida, interfiriendo con el descanso, las actividades diarias, la dinámica familiar y el rendimiento laboral o escolar, es importante que estos entornos conozcan las alergias de las personas, estén familiarizados con los síntomas y tratamientos y tengan protocolos claros para manejar emergencias de este tipo.
- Existen grupos de apoyo para pacientes alérgicos y sus familias. En casos de afectación significativa, es recomendable consultar con profesionales de salud mental.
Tener en cuenta estas recomendaciones es de vital importancia para aumentar la visibilidad de esta enfermedad y han ayudado a que las personas que padecen estas enfermedades estén más seguras y tengan más opciones. Sin embargo, algunas personas todavía no comprenden el riesgo que implica exponerse a su desencadenante, incluso en cantidades mínimas.
“Aún necesitamos esforzarnos más para que las personas reconozcan los posibles síntomas de una alergia, sepan que es posible identificar a qué son alérgicos y, sobre todo, que pueden recibir tratamiento. Además, debemos ser más estrictos en exigir que los alérgenos y los ingredientes sean reportados en restaurantes y en las etiquetas de alimentos preparados” finalizó Farfán.
Diversas sociedades científicas, como la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) y la Asociación Colombiana de Asma, Alergia e Inmunología, ofrecen información valiosa, también hay conferencias y sitios web especializados disponibles.
Así mismo, las campañas de concienciación son esenciales para visibilizar esta enfermedad, sin embargo, aún queda un arduo trabajo por hacer para que todos comprendan los riesgos de las alergias y la importancia de un diagnóstico y tratamiento adecuados.
Con información de agencias**
Fuente: Daniela Vanessa Ortiz Álvarez, EL TIEMPO