Miami, FL, lunes 3 de enero de 2025.
Investigadores estadounidenses analizaron 175 placentas: 100 correspondían a nacimientos a término, y 74 a nacimientos prematuros antes de las 37 semanas de embarazo. Los hallazgos fueron “inesperados”.
Investigadores de la Universidad de Nuevo México, el Hospital Boston de Niños (Estados Unidos), y la Universidad Baylor de Medicina (Estados Unidos) descubrieron nueva evidencia que comprobaría que las placentas de bebés nacidos prematuramente contienen niveles más altos de microplásticos y nanoplásticos, en comparación con las de bebés nacidos a término. En términos más sencillos, el hallazgo sugeriría una posible relación entre la acumulación de plásticos y el riesgo de partos prematuros.
Mediante una tecnología que permite detectar partículas diminutas, los investigadores analizaron 175 placentas: 100 correspondían a nacimientos a término, y 74 a nacimientos prematuros antes de las 37 semanas de embarazo. Los resultados mostraron que las placentas prematuras contenían una mayor concentración de microplásticos y nanoplásticos, superando, incluso, los niveles previamente detectados en la sangre humana.
La doctora Kjersti Aagaard, investigadora principal y subespecialista en medicina materno-fetal, afirmó que “la acumulación de plásticos en las placentas de bebés nacidos antes de tiempo fue un hallazgo inesperado. No solo encontramos más plásticos en ellas, sino que esta acumulación ocurrió en un periodo más temprano del embarazo”.
Por su parte, el doctor Enrico R. Barrozo, coautor del estudio, destacó que estos resultados podrían contradecir la lógica inicial de que un embarazo más largo permitiría una mayor acumulación de plásticos. “Esto nos lleva a pensar que la exposición a microplásticos podría no solo ser una consecuencia, sino también un factor de riesgo en el desencadenamiento de partos prematuros”, explicó Barrozo.
Los investigadores consideran que sus hallazgos refuerzan las crecientes preocupaciones sobre los efectos de los plásticos en la salud humana. “Ya hemos visto vínculos con enfermedades cardíacas y posibles accidentes cerebrovasculares. Este estudio añade evidencia sobre cómo la exposición a plásticos podría influir en riesgos asociados con la gestación y el desarrollo fetal”, complementó la investigadora.
Aunque aún quedan muchas preguntas por responder, los científicos insisten en la necesidad de seguir investigando para comprender mejor los mecanismos detrás de esta acumulación y su impacto en la salud materno-fetal. Los resultados oficiales del estudio se presentaron en una reunión anual de la Sociedad de Medicina Materno-Fetal (SMFM), llamada “La reunión del embarazo”, que se lleva a cabo del 27 de enero al 1 de febrero en Colorado, Estados Unidos.
EL ESPECTADOR