Miami, FL, 6 de noviembre de 2024.
La atención de salud en Estados Unidos ha sido un tema central durante las administraciones de Donald Trump, y con su reelección, las expectativas sobre posibles cambios en el sistema son altas. Una de las principales promesas de Trump fue derogar y reemplazar la Ley de Cuidado de Salud a Bajo Precio (ACA), conocida como Obamacare, una iniciativa que no pudo concretarse en su primer mandato, pero que podría resurgir con más fuerza en su segundo mandato.
Si logra desmantelar la ACA, los efectos para millones de estadounidenses podrían ser devastadores, ya que esta ley ha proporcionado seguros accesibles y protecciones cruciales, especialmente para aquellos con condiciones preexistentes.
Trump también tiene antecedentes de políticas controvertidas en salud pública, como su manejo de la pandemia de COVID-19, que fue ampliamente criticado. Aunque impulsó la creación de las vacunas a través de la «Operation Warp Speed», su respuesta a la crisis sanitaria y su actitud hacia las medidas preventivas generaron una gran división en el país.
En su segundo mandato, podrían surgir nuevos desafíos en el manejo de futuras pandemias, especialmente si sus decisiones siguen basándose más en consideraciones políticas que en la ciencia y la salud pública.
En cuanto a la salud reproductiva, la influencia de Trump se ha dejado sentir en la Corte Suprema, con la revocación del derecho constitucional al aborto en 2022. Si mantiene o incluso refuerza políticas restrictivas sobre el aborto, el acceso a servicios de salud reproductiva podría verse severamente afectado, reduciendo opciones para mujeres de todo el país.
Además, políticas de transparencia en los costos de atención médica, como la Ley “No Surprises Act” y su enfoque en los precios de los medicamentos, podrían continuar siendo una parte central de su agenda. Sin embargo, la incertidumbre sobre su enfoque hacia programas de salud vitales como Medicaid podría agravar las dificultades de las poblaciones más vulnerables.
Fuente: consultorsalud.com