Miami, FL, 2 de diciembre de 2024.
Tener un perro en casa no solo implica una rutina diaria de cuidados. Su presencia tiene un impacto profundo en la salud física y mental. Desde el momento en que un perro entra en la vida de una persona se convierte en un compañero fundamental que, más allá de ser un animal de compañía, puede ayudar a mejorar la calidad de vida de las personas.
Los beneficios que aportan van más allá de las obligadas caminatas diarias. Su capacidad única para conectarse con los humanos a nivel emocional es lo que puede otorgar efectos positivos, inmediatos y duraderos.
Según explicó Philip Tedeschi, experto en la conexión humano-animal, los perros tienen una capacidad única para leer las emociones. “Pueden reconocer cambios menores en nuestros estados psicológicos o emocionales, expresiones faciales, tono de voz, postura corporal, latidos del corazón y respiración, lo que los convierte en compañeros altamente receptivos”, aseguró en diálogo con la revista GQ.
Reducción del estrés y alivio emocional
La simple presencia de los perros tiene un impacto directo en la reducción del estrés, tanto de forma inmediata como a largo plazo. Su compañía puede ayudar a relajar y disminuir los niveles de ansiedad, algo que se ha confirmado en diversos estudios científicos.
Un ejemplo claro de esto se encuentra en un estudio realizado por la Universidad Estatal de Washington, que mostró que acariciar a un perro durante solo 10 minutos es suficiente para reducir de manera significativa los niveles de cortisol, la hormona asociada al estrés, en los estudiantes universitarios.
Este efecto calmante de los perros va más allá del contacto físico directo. Incluso mirarlos a los ojos puede generar una respuesta emocional positiva en los humanos. Una investigación en Japón descubrió que al observar a un perro, los niveles de oxitocina, conocida como la “hormona del amor”, aumentaban en los humanos.
La oxitocina no solo está vinculada con la disminución del estrés, sino que también mejora la estabilidad emocional y la creación de vínculos afectivos.
Combatir la soledad y sus riesgos para la salud
En la sociedad actual, uno de los problemas de salud más subestimados es la soledad. Aunque pueda parecer una preocupación emocional, sus efectos físicos son profundos y serios.
La soledad está asociada con un aumento en el riesgo de desarrollar enfermedades graves como problemas cardíacos, derrames cerebrales, demencia e incluso la muerte prematura. De hecho, estudios recientes, reportados por GQ, demostraron que la falta de conexiones sociales aumenta el riesgo de mortalidad en un 29%.
Ante este panorama, la compañía de un perro actúa como un factor protector contra estos peligros. “La mayoría de las veces la gente imagina que estamos hablando solo de seres humanos como sistemas de apoyo, pero resulta que la investigación realmente sugiere que el apoyo también puede venir de nuestros animales de compañía”, aseguró Tedeschi.
Fomento de la interacción social y el sentido de comunidad
Los beneficios de tener un perro también juegan un papel fundamental en la forma en de interactuar con la comunidad. En muchas ocasiones, los perros animan a salir de la rutina cotidiana y a conectar con otras personas, algo que puede resultar muy positivo para la salud mental.
El comportamiento de los perros, al requerir que sus dueños los lleven a dar paseos, fomenta la interacción con vecinos, transeúntes y otras personas. Jamie Richardson, veterinaria, explicó a GQ que este tipo de interacciones, aunque sean breves y superficiales, tienen un impacto positivo en la salud mental de las personas.
“Tener un perro nos lleva a espacios sociales y nos anima a interactuar con el mundo de maneras que tal vez no lo hacíamos antes. Eso puede ser realmente saludable a varios niveles”, aseguró por su parte Thomas Banta, consejero clínico de salud mental, a la revista de Estados Unidos.
Investigaciones recientes mostraron que sentirse parte de una comunidad tiene efectos positivos la salud mental. Ayuda a ponerse en perspectiva, reducir la ansiedad y reforzar un sentido de identidad. Los caninos, al empujar a interactuar con otros, también mejoran la capacidad para navegar esas interacciones.
Tener un perro, por ejemplo, puede mejorar la autoestima y hacer sentir más aceptados y valorados en el entorno social. Incluso, algunos estudios señalaron que los dueños de perros suelen ser percibidos como más amigables, accesibles e incluso más atractivos.
Fuente: Infobae
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