Miami, FL, miércoles 3 de abril de 2024.
Brasil desarrolla una vacuna que podría ayudar a combatir la adicción a la cocaína. Los anticuerpos disminuyen la velocidad de la intoxicación y se supone que protegen contra la adicción. Pero aún hay dudas.
El consumo de cocaína ha alcanzado una cifra récord: según cálculos de Naciones Unidas, unos 22 millones de personas consumieron esta sustancia, en 2021. En Europa, la cocaína es la segunda droga ilegal más común después del cannabis. Los análisis de las aguas residuales demuestran que en Alemania también hay un elevado consumo de cocaína.
La droga es extremadamente adictiva y daña los órganos vitales. Su consumo pone al sistema circulatorio al límite y la abstinencia causa un gran estrés físico y mental. En Brasil, un grupo de investigadores está desarrollando una vacuna para ayudar en el tratamiento.
¿Cómo es el efecto de la cocaína?
La mayoría de los consumidores inhalan la cocaína en polvo por la nariz. También se fuma en pipa como el crack. La sustancia llega al cerebro a través de la sangre y allí estimula al organismo para que libere diversas sustancias mensajeras, entre ellas la dopamina. La sensación principal de esta droga es la euforia intensa.
El efecto dura entre cinco y treinta minutos. «Es como si todos los semáforos se pusieran en verde», dice Hanspeter Eckert al describir el efecto. Eckert es terapeuta en una organización berlinesa de farmacoterapia.
El cerebro lo recuerda como una sensación intensa y genial, mientras que el cuerpo memoriza el consumo como «esencial para la supervivencia», dice Eckert.
Las voces interiores que advierten de las posibles consecuencias se hacen más silenciosas. Se descuidan la salud, los contactos sociales y el trabajo, desarrollando una adicción.
¿Una vacuna como solución?
La vacunación contra la cocaína puede ayudar en el tratamiento de la adicción. Tras la vacunación, se forman anticuerpos en la sangre. Estos anticuerpos se unen específicamente a la cocaína. Por lo tanto, la sustancia es demasiado grande para atravesar la barrera hematoencefálica. Esto significa que el cerebro no puede ser estimulado y no hay intoxicación.
Las reacciones cerebrales que normalmente desencadenan el deseo de consumir la droga se suprimen. Como resultado, el paciente percibe la droga de forma diferente, afirma Frederico Garcia, de la Universidad Federal de Minas Gerais, en entrevista con DW. Su equipo de investigación ha realizado pruebas con la vacuna en ratas.
Garcia cree que los resultados de los ensayos con animales podrían ser transferibles a los humanos. Sería la primera vacuna anti cocaína del mundo que se utilizaría para el tratamiento. Otros equipos de investigación de Estados Unidos también están trabajando en vacunas. Los ensayos clínicos en humanos siguen pendientes, por lo que no se sabe con certeza cuándo estará disponible una vacuna para los cocainómanos, y si lo estará.
¿Puede la vacuna proteger contra la adicción?
El terapeuta Eckert aplaude la investigación sobre vacunas: «Si no hay intoxicación, la mente puede calmarse. El cuerpo puede liberarse de la irritación constante. La gente puede tener experiencias positivas y darse cuenta de que la buena sensación no se debe a la droga».
Sin embargo, Eckert se muestra algo escéptico, ya que la terapia es un trabajo duro. El tratamiento requiere al menos un año. Los adictos deben aprender a entender su cuerpo y su mente. Tienen que hablar de sus sentimientos y problemas, y tomar decisiones difíciles. ¿De qué amigos debo alejarme? ¿Cómo puedo soportar el dolor físico? A través de este proceso, adquieren más control sobre sus vidas.
La vacunación no está pensada como medida preventiva ni para consumidores ocasionales. Eckert advierte de que existe un riesgo de sobredosis en las personas vacunadas. Esto se debe a que la vacuna elimina los efectos embriagadores de la droga.
Marica Ferri, del Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías (OEDT), tiene otras preocupaciones: «La sustancia en sí no es un problema aislado». Que la gente deje de consumir cocaína no resuelve automáticamente todos los problemas. Los daños físicos tienen que curarse, al igual que la salud mental. La terapia también implica trabajar la psique y el entorno social. «Eso lleva tiempo», dice Ferri.
Ella apuesta por soluciones más integrales. Como experta en salud pública, lucha por conseguir más plazas de terapia. Está convencida de que la vacuna es adecuada para una pequeña proporción de personas que ya están recibiendo terapia.
(mw/vt)
Fuente: Aline Spantig, DW