Miami, FL, 12 de marzo de 2025.
El comportamiento de «merendar», o consumir alimentos entre las comidas principales, es muy común y representa una parte significativa de la ingesta calórica diaria. Sin embargo, la relación entre la frecuencia, calidad y momento de las meriendas y la salud cardiometabólica aún no está completamente clara.
En el estudio ZOE PREDICT, realizado con una muestra de 1,002 personas en el Reino Unido, se analizó cómo las meriendas afectan los marcadores sanguíneos relacionados con la salud del corazón y el metabolismo. A través de cuestionarios y registros de alimentos, los investigadores recopilaron datos sobre los hábitos de merienda de los participantes, así como sobre su salud y bienestar en general.
Los resultados mostraron que el 95% de los participantes merendaban al menos una vez al día. Sin embargo, no se encontró una relación directa entre la frecuencia o la cantidad de meriendas y los indicadores de riesgo cardiometabólico, como los niveles de glucosa o triglicéridos en sangre. Lo que sí se observó es que una menor calidad de las meriendas (medida mediante un índice de calidad de la merienda) se asociaba con niveles más altos de triglicéridos y resistencia a la insulina.
Además, se descubrió que las meriendas tarde en la noche (después de las 9 p.m.) estaban relacionadas con mejores marcadores de salud, como niveles más bajos de HbA1c (un marcador de control de azúcar en sangre) y triglicéridos.
En conclusión, la calidad de las meriendas y el momento en que se consumen son factores importantes que pueden influir en la salud metabólica. Mejorar la calidad de las meriendas y evitar comer tarde por la noche podría tener beneficios para la salud a largo plazo.
Fuente: PubMed
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